¡Bienvenidos a Black Cake!
De mozo de almacén a pastelero: Nuestra historia Guillermo Martinez y Luisa de la Rosa.
Hace unos años, trabajaba como mozo de almacén. Pasaba mis días moviendo cajas y mis noches soñando con algo más grande. Siempre me apasionó la repostería, así que empecé a hornear tartas en casa junto a mi esposa, Luisa. Para ella, la pastelería era mucho más que una afición: curso 2 años en la Escuela de Repostería L atelier de Barcelona y su talento y conocimientos hicieron que nuestras creaciones destacaran desde el primer momento.
Lo que comenzó como un simple pasatiempo pronto se convirtió en algo mucho más grande. Los pedidos no paraban de llegar ,las primeras semanas 2-3 por semana, luego 10-20. a la semana. En medio de todo este crecimiento, nuestra mayor alegría llegó a nuestras vidas: el nacimiento de nuestro hijo, Liam. Justo cuando estábamos dando los primeros pasos en esta aventura, nos convertimos en padres. Horneábamos por las noches y alguna madrugada mientras lo acunábamos entre descansos, atendíamos pedidos con él en brazos y aprendimos a equilibrar el negocio con nuestra nueva vida familiar.
No fue fácil. Atendíamos encargos después del trabajo, pasábamos noches horneando y madrugábamos para hacer entregas. Pero cada sacrificio valió la pena. Luisa fue un pilar fundamental: no solo me apoyó en los momentos difíciles, sino que su experiencia y formación profesional elevaron nuestras recetas a otro nivel. Mientras yo preparaba una tanda de tartas, ella perfeccionaba otra con técnicas refinadas, y juntos creamos un sello único que nos distinguió. Cabe recalcar que en conocimiento de ella me lo traspaso.